sábado, 30 de agosto de 2008

Benditos mis sentidos

No sé qué actúa primero, si la memoria o los sentidos. De golpe, cuando estoy metida en mi rutina en Madrid, ausente de recuerdos, en el medio de un silencio escucho sólo el ruuummmm al pasar un auto y ahí sucede: me traslado mágicamente a un momento de mi infancia, en la casa de mis abuelos, en la 5ta. sección de Mendoza capital. No sé cuándo fue eso, pero no hay forma de evitar que un silencio con un repentino ronroneo de un motor me lleve a ese instante que sospecho era una siesta.

Entonces me doy cuenta de los muchos sonidos, sabores y olores que me devuelven una y otra vez a instantes ya vividos. El olor de los postres de Maizena con chocolate, el de las frambuesas, el sabor de la leche condensada, un olor especial que no se puede describir que es el de los álbumes de fotos viejas, otro indescriptible que es el de la Estanciera de mi abuelo, el olor del laurel... todos éstos me llevan a la casa de mis abuelos maternos e irremediablemente me une a mis hermanos montando falsos caballos de "palos de escoba" (suertudo al que le tocaba el que tenía la roja cabeza plástica de un verdadero caballo). Podíamos pasarnos el día entero rodeando la casa en galope y galope.

Recién, por ejemplo, era Andrea Boccelli y su Vivo per Lei. No hay forma de escucharlo sin que vuelva a un momento de mi vida en un Fiat 1 bordó, en Florida Oeste -Buenos Aires-, con mi amiga Bar creyéndonos tenores.

Y Julio Iglesias, Roberto Carlos o alguna canción folklórica: me transporto a mis 9 años, en el Barrio Fuchs en Mendoza, y de golpe es un sábado y toda la familia está ayudando en los quehaceres de la casa.

Y así una y otra vez. Cuando creo que mi memoria está vacía, alguno de mis sentidos me juega una buena pasada y me sorprende con un recuerdo. Benditos! Creo que cada uno de ellos ha viajado conmigo y ha metido en su maleta las cosas que yo creí perdidas.

1 comentario:

mago solar dijo...

benditas tus raices que te dieron valor.